La noche electoral el PRI consiguió lo que parecía imposible; ganar perdiendo, bailar sin moverse y reír llorando en una fiesta-velorio esquizofrénica. Todo estaba dispuesto en la sede del Revolucionario Institucional de Toluca, para la celebración y la euforia: una inmensa carpa para miles de personas, decenas de meseros, comida gratis, más de cinco grupos distintos con género desde el reguetón al mariachi y la escenografía de banderas y colores de las grandes ocasiones. Sin embargo, los invitados no llegaron y en el suelo quedó la serpentina, los matasuegras y el eco de la animadora: “¿Dónde está la militancia del PRi? Arriba esos ánimosssss”…, chillaba la rubia conductora al grupo de fieles que, pasadas las once de la noche, todavía no sabían que celebrar.
Source: El país